martes, 6 de abril de 2010

Rituales

La llama crece y a su paso me sereno
los sonidos liberan el alma por un rato
la paz se aproxima, y me dejo llevar
en un vuelo mental, corporal, liberador.
Las sensaciones son diferentes, raras, lindas
los minutos pasan y mi ser se vuelve una llama
me expando en el aire con cada chasquido de fuego
siento que no acarreo malos sentimientos
todo es violeta, el aire, la esencia...
los sonidos se anidan, uno a uno en mi corazón
y se transforman en el eco de cada latido
las células se renuevan al ritmo de la música
algunas voces llenan el silencio
y hasta se colocan por sobre los sonidos
trayendo calma y energía de colores.
Yo pinto la escena de un color elegido al azar
todo se vuelve azul menos el fuego.
El rey calor sigue iluminándolo todo
con su aura dorada
nos sigue bañando de luz
y nosotros, copia fiel de esencia liberada,
le rendimos homenaje a su majestad.
Vuelve el violeta, ingresa por los pulmones
y se expande por cada célula.
Me dejo llevar y caigo en que yo ya no soy yo
soy un ser en su máxima expresión
De a poco el silencio gana espacio nuevamente
Alguien cita una frase de Beethoven
y sus palabras son música para mis oídos.
Nos fundimos en un cálido aplauso, coronando el momento.
Y es así como en silencio poco a poco
volvemos cada uno a su sitio y a su realidad,
ya no siendo los mismos...

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