lunes, 16 de agosto de 2010

El cantante y el silencio de la noche.

Divagando entre meridianos y vida decide hacer una pausa y escuchar a Jorge cantarle al oído. Se enamora de su estilo simple, liviano y despreocupado, pero comprometido. Se lo imagina un tipo tranquilo, capaz de plasmar en palabras cada momento vivido, cada sentimiento experimentado, vaya uno a saber en compañía de que amante...
Y por fin ella cree entenderlo...
"...no fue más que un signo sutil
que luego creció,

en aquél momento el viento
me trajo hasta aquí (...)

con la mirada puesta en otros espejos,
sin darme cuenta un día eché a andar..."

Entonces cerró los ojos y elijó descansar...