domingo, 30 de noviembre de 2008

El y Ella


El tenía varias batallas ganadas, y algunas perdidas; ella ya no quería perder más.
El nunca había tenido tanta conciencia de lo que era; ella ya no recordaba quién había sido.
El amaba la vida, y todo lo que de ella absorbía; ella no recordaba lo que era vivir.
El jugaba a ser alguien poderoso, y a ella siempre la sedujo su poder.
El quería conquistar lo inconquistable, ayudando a quienes podía en su camino; ella en cambio vivía una vida que creía, era sencilla.
El tenía más caras que la luna; ella era la mujer de las mil personalidades.
El un día irrumpió en la vida de ella; ella sintió temor, y todo se ilumino.
El la tomo de la mano; ella se dejó llevar.
El le endulzaba los oídos; y ella se amigo con la ternura.
El le recordó lo que era tener sentimientos; y ella recordó lo que era llorar de felicidad...


Transmutar.


Los cambios se suceden de una forma abrupta, cada uno a veces no logra si quiera tomar conciencia de lo que mutamos día a día.
De repente un día te despertas y te sentas frente a tu compu, comenzas a teclear letritas, que forman palabras, que forman oraciones, y terminan por dar forma a algo que puede sencillamente parecerte fantástico, sobre todo si esto no suele pasarte a diario.
Qué será aquello que nos impulsa?
Qué será lo que nos da la fuerza día a día?
Alguna vez te preguntaste porque sentimos ganas de ser otras personas, porque la necesidad de correr? Porque esas ganas de irse a ningún lado, quien sabe si acompañados...nunca pensaste a cerca de que es la INCONFORMIDAD?
Uno se siente inconforme, cuando se pierde, cuando se sale del camino, de SU propio camino. Si en algún momento se le olvida escucharse, lo más provable es que empalme cualquier ruta y termine un poco más allá de lo que debería. Perderse no es difícil, es cosa que puede pasarnos cualquier día y en cualquier momento; los problemas empezamos a verlos realmente cuando se nos da por ver que nos pasa y nos damos con que hicimos tanto que no hicimos nada, y en esa elavoración diaria nos olvidamos de quiénes somos, a qué vinimos y dónde estamos, dónde quisieramos estar y hacia dónde vamos...
Y mientras tanto...nada te gusta, nada te llena, la gente te cansa, el mundo te parece de cabeza, la vida casi deja de tener sentido y se convierte en una rutina voraz.
Pero por suerte tenemos miles de señales que nos devuelven a lo que somos, a lo que fuimos y tenemos olvidado en un cajón.
Abrí el cajón, buscate desenfrenadamente, hasta encontrarte, la inconformidad hace que todo se vea oscuro y todos nosotros somos seres de luz.
Todos nosotros somos energía en movimiento, en constante movimiento, y nada de lo que nos esté destinado va a poder ser evitado, por eso tratemos de recibir lo que nos depara la vida, con lo mejor de nosotros, aún cuando parezca que el destino se haya olvidado de nuestra persona.

YO SOY
YO PUEDO
YO VALGO

Tan simple y tan cierto como que lo estas leyendo ahora mismo...